jueves, 23 de octubre de 2014

Deseo

De noche, miras las estrellas mientras piensas cuál de esas es la única que realmente te embelesa. Unas brillan, unas lloran, unas tintinean como queriendo destacar pues aunque no sean las más grandes o las más brillantes también tienen derecho a soñar. Y la verdad, no les hace falta pues cada observador tiene sus preferencias y aunque muchos solo miran a las más grandes o más brillantes saltando de una en otra en busca de la mejor, sin prestar atención a las que consideran inferiores también queda gente como tú, pues tú solo tienes ojos para ella, puede que no sea la más grande, la más bonita, la más fácil de ver; puede que esté lejos pero desde que la descubriste solo podías quererla abrazar.

Y justo cuando ya estabas despegando los talones del suelo para poder verla más de cerca como si la quisieras besar un chispazo, una ráfaga de luz cruzó el cielo de norte a sur. Cuentan las leyendas que cuando una estrella cae los deseos que los hombres tenían para ella otros los pueden aprovechar por lo que sin duda deseas poderla abrazar. Puede que cueste, puede que el viaje sea largo y duro, puede que duela, incluso es probable que nunca puedas regresar y aunque sabes que es puro fuego no puedes evitar quererla besar.