lunes, 12 de septiembre de 2016

Y a la tercera...

Y vuelvo a ti, que siempre me recibes entre tus blancos lienzos para desenredar los nudos que mi estupidez crea en mi estómago, con la misma historia de siempre... o no... no es la historia de siempre, pero tú y yo sabemos que tendrá el mismo final a pesar de tener diferentes protagonistas, localización y punto de partida. Y es que me río y me mato en los refranes engañosos que hacen que mi mente vuele mientras mis pies siguen dentro del bloque de hormigón que me sumerge cada vez más profundo en el árido mar de la soledad.

Lo sabes, lo sé. Es obvio, lo sabemos. Pero no voy a hacernos caso. Y esta vez ya no tendré lágrimas que soltar, no tendré más gritos que ahogar ni más bajo que cavar así que más te vale volverte a equivocar.

lunes, 16 de mayo de 2016

Camino andado...

Aún brilla la sangre sobre tu piel recordándote lo que acabas de atravesar, recordando que sobreviviste pero no ganaste. Aún notas cómo tu estómago vuelve a ordenarse tras pasar demasiado tiempo anudado. Aún te repites la misma pregunta cada noche de insomnio. Aún... ¿por cuánto tiempo? Sería fácil desear que fuera tan breve como el vuelo de una estrella fugaz, pero no sabes si al verla lo desearías. Y no te culpo, yo tampoco querría pasar página en un libro cuyos capítulos están en bucle.

martes, 3 de mayo de 2016

No

Dicen que si te pasas la vida con un no en la cabeza es lo que obtendrás como respuesta a todas tus preguntas, especialmente a aquellas que nunca formules. Pero poco dicen sobre los que obtienen el no de sí mismos solo para confirmarlo después en los labios de otros, labios que, por cierto, solo probarán con ese fin. Y estos, con un doble no ahora en mente, simplemente vagan por el mundo evitando a toda costa regalarle un asesinato triple al destino. Evitando pensar en otra de las frases que acostumbran a decir los que les rodean: "a la tercera va la vencida", pues los vencidos no son otros que ellos mismos. Vencidos por el peso de sus preguntas y derrotados por la respuesta que ven segura a las mismas y que nunca, nunca jamás, contrastarán. Y eso sea quizá lo que más daño les causará, que nunca sabrán con total seguridad lo cierto que es su mal.

Pero, desde fuera, parece clara una cosa por encima de todas las dudas: "no hay nada que perder" o, lo que es lo mismo, "el no ya lo tienes".   Y sí, es cierto, puede que el no lo tengan desde antes de pensar siquiera en la pregunta, pero mientras se has decidido han ido recolectando más cosas que se pueden ir de la misma forma que llegaron, sin querer. Y no, eso no es un riesgo que estos estén dispuestos a correr.

lunes, 22 de febrero de 2016

Muerte sin vida

Cuando es tan fácil soñar, pero tan difícil andar.
Cuando es tan fácil querer, pero tan difícil saber.
Cuando es tan fácil sentir, pero tan difícil decir.

Entonces... sabes lo que es morir.
Aunque tu cuerpo se siga moviendo
y tu corazón latiendo,
Eso... ya no es vivir.