martes, 26 de diciembre de 2017

Crónica de una caída anunciada

Cuando llevas tanto tiempo como tú andando sin rumbo por el mismo sendero es fácil saber lo que traerán tus próximos pasos, antes incluso de que tus ojos perciban la primera sombra del próximo obstáculo.

Es por esto que tú y yo sabemos lo que es inevitable. Lo que va a sacudir nuestra vida en los próximos días, o semanas si somos suficientemente fuertes. Pero va a ocurrir. Otra vez. Si es cierto que la práctica hace al maestro deberíamos tener bien preparada la defensa y nada pasaría.

Pero solo somos maestros en caer y llorar.

Y ya no podemos soportar más golpes contra el suelo.

Pero tampoco podemos evitar haber empezado ya a regarlo.

Aunque aún tengamos secos los ojos.

Aunque aún tengamos las rodillas en carne viva.

Aunque aún tengamos más espinas clavadas que huesos enteros.