lunes, 24 de junio de 2019

Lágrimas ajenas

Otra noche tú y tu almohada mojada de sal.

Otra noche tienes la cama húmeda aunque no seas ya ese niño que no necesita pañal pero sí.

Otra noche las lágrimas recorren tu cara hasta estrellarse con las sábanas.

Pero esta noche no son tuyas. Han salido de tus ojos pero no tu corazón, pues está ocupado preparándose para la siguiente herida. Las de hoy son menos amargas. Porque regar las pestañas está bien, pero mejor si es con el dolor de otros.