lunes, 30 de noviembre de 2020

Hoy es el principio del final

Se acabó. 

Pero esta vez es de verdad. 
Esta vez no te voy a permitir que vuelvas atrás como siempre. 
Esta vez no importan las chispas, las luces o las sombras.

Hoy es el principio del final. Del final del camino que empezaste a andar hace tantos años, de este camino de piedra, sal y desesperanza. Ya dan igual todas las hogueras que has visto y que has intentado seguir, ya da igual el falso pensamiento del gran sol que te esperaba en la meta y por supuesto ya dan igual los cientos de tropiezos que han frustrado tu llegada.

Y es que hoy sabes por fin quién ha sido el demonio de Maxwell que ha estado controlando las marionetas y confundiéndote con sus sombras. hoy sabes quién es el que te ha estado engañando, el que te ha hecho creer que en realidad pertenecías al camino y no a la salida. El que te ha hecho pensar que no eras digno de la luz y que la oscuridad salpicada era tu único hogar. El que ha hecho que desearas ser como las criaturas de tus sueños, el que te ha hecho odiarte por no ser suficiente.

Y es que hoy, cansado de llorar y exhausto de andar sin rumbo te has desplomado. 
Has tropezado una penúltima vez acabando con las rodillas sobre el charco de tus propias lágrimas.
Pero ya no tenías energías para levantarte, para mirar al frente y seguir andando.
Hoy solo has podido seguir llorando sobre tus rodillas.
Y ahí, reflejado sobre el fruto de tu dolor, lo has visto. 
Ahí te has visto.

sábado, 1 de agosto de 2020

Chispas

Hay cosas que no se pueden evitar aunque te dejes la piel en ello. No puedes evitar que el sol salga cada mañana, que se te caiga el café por las mañanas o que cada vez que tu mente pasa más de medio instante pensando en él una chispa recorra tu cuerpo del corazón a los pies.

Y es que cada vez que se cruza por tus neuronas se desencadena el Katrina en tu cuerpo: primero la chispa por la espalda dejándote como un erizo de pelos asustado, después el estómago juega a estrangularse a sí mismo como si se avergonzara de lo que te sucede y quisiera esconderse entre sus propios pliegues haciendo que se arquee la comisura izquierda de tus labios intentando frenar la reacción en cadena, pero nunca funciona y a esto le sigue el picor en la nariz como si hubieras respirado una pelusa en primavera que termina empañando los ojos y dejando escapar una leve gotita como guinda visible del pastel de hormonas que te acabas de tragar.

Y así cada vez, como mínimo, hasta... hasta...

lunes, 6 de julio de 2020

Fondo

Si tuvieras que ser alguien, serías sin duda Atlas.

Solo que tú no estás condenado a sostener el mundo por tus crímenes, estás condenado a soportar el peso de la vida en sociedad por ser como eres. En realidad todos los humanos lo estáis. Pero para algunos pesa como el papel de fumar y para otros como el plomo.

Y cada vez hay más plomo.
Y cada vez te quedan menos fuerzas.

Puedes entrenar para soportar mejor el peso, es lo que llevas haciendo años y nada de impide seguir haciéndolo. Pero estás harto. Harto de tener que esforzarte el doble para conseguir la mitad. Harto de que ya no te mantengas de pie. Harto de que las lágrimas empañen tus ojos cada vez que te tiran un bloque más encima. Harto de que nada sirva.

Porque entrenar es un parche, es un empate en el nadie gana pero tú siempre pierdes.

También puedes emplear la estrategia inversa: puedes quitarte peso de encima. Literalmente. Es una forma asquerosa de sobrevivir. Pero es una manera de sobrevivir. Y al final del día es lo que importa. Es asquerosa porque supone cambiarte a ti mismo, camuflarte y parecerte a los que, por decreto divino, reciben menos piernas en su racción diaria o, incluso, les retiran algunas de vez en cuando. Nadie sabe por qué, solo sabes que a algunos les pasa. Y encima todos son iguales, todos son muñecos de porcelana de primerísima calidad, tallados y lacados como si fueran obras de arte. Vacíos pero bellos. Huecos pero brillantes. Clónicos pero perfectos.

¿Y es que al final qué importa ser débil si no necesitas enfrentarte a nada?

domingo, 7 de junio de 2020

Invierno

Mucho has pasado hasta llegar aquí. Muchas mentiras te has creído y pocas de ellas sin saber que lo eran, pero hacían más fácil caminar.

Mucho tiempo pensando que el invierno estaba por acabar. Muchas veces las que te has dicho que mañana mejoraría, que el primer rayo de sol estaba por llegar y que su luz derretiría hasta el último cristal de hielo y que nunca pasarías frío otra vez. 

Y todas ellas te equivocaste.

O no...

En realidad solo eres el temeroso de la muerte que se inventa un Dios para afrontarla, aunque sepa que no tiene más poder que el de su propia convicción. Pero nadie podría culparte, solo compadecerse de ti porque cada vez te es más difícil engañarte. Cada vez es más claro que naciste en invierno, viviste en invierno, seguirás viviendo en invierno y morirás sin conocer otra cosa que el invierno.

jueves, 16 de abril de 2020

¿Unas veces o todas las veces?

Unas veces se gana y otras se pierde.

Lo que nunca se dice es cuántas veces tienes que perder para ganar una sola vez. Algunos una, algunos ninguna y otros miles hasta que lo dejan de intentar, sin saber que quizá la siguiente fuera la buena. O eso quieres creer, porque si no serás tú el que siga su camino.

domingo, 12 de abril de 2020

Tarde, mal y nunca

Tarde, porque otros han conseguido lo que, en tus mejores sueños, deberías haber podido lograr. Igual no era tu destino al final de ninguna forma, pero nunca lo sabrás, y casi mejor así, aunque a veces duele más un quizá que jamás.

Mal, porque has hecho lo de siempre y has obtenido lo de siempre. Y sí, has llegado a un notable, pero por una vez quieres la matrícula. En esto no vale rascas el aprobado, lo que necesitas es probar lo que es triunfa. Lo que es recibir esas frases, lo que se siente al tener alguien al que mirar y verte refrejado, ver un espejo de sentmientos, notar el calor.

Y nunca, porque ya llevas esperando tanto que no tiene sentido pensar cuándo, si no si será. Y a pesar de lo que dice la gente y de lo que sabes que es más probable, cada vez la esperanza se hace más pequeña en tu corazón. Ya te has cansado de esperar. Ya te has cansado de estrellarte contra la pared de siempre, ya no tienes más huesos que romperte con las caídas ni más alas para remontar el vuelo.

Y a pesar de todo, aún crees en el verso, aún crees que nunca será siempre.

sábado, 21 de marzo de 2020

Cadenas

Cuerpo atrapado, mente presa, corazón enquistado.

Ni sabes ya qué es la luz o la oscuridad. Ni quieres saberlo. Llevas tanto en el mismo sitio sin moverte que ya no sientes tus alas, aunque algunos te dicen que aún existen. ¿Pero de qué sirven si no te permites volar? Y más aún, si aunque lo hicieras, nada te esperara allá arriba.

Quizá, solo quizá, debas cerrar los ojos, callar la mente, abrir el corazón y batir las alas. Y ya acabes como Ícaro que al menos no vivirás como Prometeo.