miércoles, 4 de noviembre de 2015

¿Sabes?

Sabes...
Sabes que sabes,
sabes que gritas, que ríes y lloras.
Sabes que callas...

Sabes...
Sabes que sabe,
sabes que duele, que hiere y mata.
Sabes que vive...

Sabes...
Sabes que sabes,
sabes que quieres, que deseas y amas.
Sabes que odias...

Sabes...
Sabes que sabe,
sabes que baila, que canta y habla.
Pero no sabes si ama.

martes, 20 de octubre de 2015

¿Hasta siempre?

A pesar de mi pesar y a pesar de que numerosas flores violáceas cubran ya tu lecho final sigues ahí. A pesar de mi pesar y a pesar de que te dije adiós no te marchaste. A pesar de mi pesar y a pesar de que ni quise ni quiero volver a sentirte, a sufrirte, continúas clavándote en mí, como las cadenas de un preso en su piel, como un adiós que se torna en hasta luego; y peor que eso: como un hasta luego que se vuelve un hasta siempre.

Quise arrancarme la flecha, pero fui tan torpe que la partí dejando la punta clavada en medio de un mar rojo de lágrimas secas del que no parece querer salir. Y lo peor es que una parte de mí aún quiere que se quede ahí mientras la otra lucha desesperadamente por destruir todo rastro de paso esperando así sanar la herida que hizo, aunque en el fondo sabe bien que esto no funciona así.

Sin embargo no te odio, ni odio al arquero que te hundió en mi pecho, ni odio a quién me atas... tampoco podría. ¿Cómo odiarte si fuiste lo más bonito que he sentido nunca? Sin embargo tampoco puedo quererte, ¿cómo hacerlo si también eres lo que más me ha dolido nunca?

No sé... quizá deba aprender a vivir contigo, pero eres como ese picaporte que siempre está ahí en medio esperando a que pases para clavarse en tu costado haciéndote ver las estrellas... con la diferencia que tú solo me haces ver una, y creo que ese es nuestro mayor problema, que esa estrella ya tiene su planeta orbitando.

lunes, 3 de agosto de 2015

¿Hasta nunca?

En esta noche nos hallamos aquí reunidos en cuerpo, espíritu o pensamiento todos los que alguna vez te conocimos, todos los que alguna vez te vimos o te escuchamos... no somos demasiados ya que siempre intentaste pasar desapercibido aunque a veces resultara casi imposible, pero somos todos cuantos se necesita pues así será menor el daño, o así espero que sea.

No puedo obviar lo curioso que resulta que yo mismo te escriba esta carta a modo de despedida y esquela, la verdad es que no resulta demasiado común que el asesino sea el encargado de oficiar el funeral pero qué se le va a hacer, tampoco tuviste una vida demasiado común. Naciste sin que nadie te concibiera ni mucho menos te esperara y pronto tu viejo hermano tuvo que arrodillarse ante ti, aunque como bien sabemos tú y yo su muerte estaba firmada y solamente esperaba la fecha de su ejecución.

No puedo despedirme de ti sin pedirte perdón, en primer lugar por haber dejado que llegaras a este mundo donde solo te aguardaban el dolor y la muerte, me gustaría decirte que no va a volver a pasar pero aún no lo sé controlar. También debo disculparme por esconderte, quizás fue mi mayor error pues cuando hubiste madurado ya no pude sacarte al exterior, aún tengo sangre entre las uñas por esto que fue sin duda lo que te mató aunque espero esta vez sí haber aprendido la lección.

No sé qué pasará contigo, espero ser capaz de dejarte marchar y que por fin lo dos podamos descansar... te lo debo... me lo debo... No sé si nos volveremos a ver, si es así deseo con toda mi alma poder cuidarte un poco más y que la historia tenga un mejor final. Pero si no es así solo me resta recordarte que ya nunca te podré olvidar.

Aquí descansa una parte rota de mi corazón.

Una vez más...

Dicen que cuando es imposible avanzar solo queda echarse atrás para coger impulso y nada me gustaría más que impulsarme hasta volar pero tú y yo sabemos que eso no va a pasar. Al menos yo lo sé, por desgracia lo sé. Sé que nunca seré el que te acompañe de la mano una tarde de verano, sé que nunca seré el que se tumbe contigo en la hierba durante horas, sé que nunca seré el encargado de inspeccionar cada grano que adorna tu piel, sé que nunca seré el que se deje sus labios en los tuyos. Lo sé... sé que nunca seré quien más deseo ser.

Quizá lo mejor sea que me olvide de mis sueños... de mis deseos... de ti... pero es que cuando creo que no puedo ser más estúpido me sorprendo a mí mismo pensando en ti. Valiente forma de olvidarte, extraña forma de quererte, original forma de hacerme daño, ilusa forma de ser feliz... pero qué le voy a hacer si cada vez que recuerdo tu sonrisa una lágrima abrasa mi cara, si cada vez que pienso en tu mirada se me escapa un suspiro, si cada vez que me miras se me rompe el alma.

Seguramente la vida sea esto, al menos la mía, ver a quien tiene mi todo desperdiciarlo como si fuera mera calderilla mientras yo vendería los restos de mi alma al mismísimo cupido, que ha demostrado ser peor que el propio diablo, por tener una mínima oportunidad de tenerlo. Sin embargo aún daría más por ver que al final quien te tenga sepa lo que tiene y que nunca, nunca jamás, tengas que pasar lo que yo, es a todo lo que puedo aspirar ya y espero de verdad que esta vez las moiras sepan qué hilo no deben tocar.

viernes, 15 de mayo de 2015

Ni ella, ni tú, ni yo

Por fin, ya despierto, ves lo que eres en realidad y te das cuenta que tu camino pasado solo un sueño fue y será. O al menos eso es lo que quieres creer, porque lo cierto es que nadie te puede dar una respuesta final. Con la duda, vuelves a comenzar, dudando si fue real, dudando si fue verdad, hasta dudando qué es la verdadera realidad. No es fácil. No fue fácil. No será fácil. Pero eso ya lo sabías cuando empezaste a andar, aunque ya ni lo puedas ni lo quieras recordar.

Al poco de despertar caes inevitablemente en el recuerdo, ¿era ella? Esa duda sin respuesta, por lo menos hasta ahora, te persiguió desde que la viste aunque preferiste dejarla pasar. Ahora por fin, sin el onírico velo que tapaba tus ojos viste clara la respuesta. No. Definitivamente no era ella, pues nunca antes la hubieras podido imaginar, no era ella, ni debía serlo. No era ella, ni necesitaba serlo. No era ella, pues Ella era mucho mejor ella de lo que nunca pudiste soñar.

Con una duda resuelta olvidaste las mil que quedaban por responder. Creíste que ya estaba todo, que por fin lo habías conseguido. Cierto era que tras años de camino habías dado un paso, sí, uno. Uno nada más. Pero como un niño con zapatos nuevos creíste que tu vida estaba por cambiar. Por suerte -o por desgracia- esta vez, no tuviste que despertar, estabas ya despierto, simplemente tuviste que sangrar. No sangre roja, por supuesto, de la incolora que duele más.

sábado, 14 de marzo de 2015

Loco

-¿Qué quieres ser de mayor?
-Yo quiero ser loco.
Ni ser un loco
ni estar loco
ser loco,
loco de profesión,
loco de corazón.
Loco por vivir,
loco por mentir,
loco por no poder dejar de sentir.
Loco por pensar,
loco por amar.
Loco por ser el capitán
de esta nave sin rumbo ni final.
Loco por morir
si me veo sin ti.
Loco por desear,
loco por soñar
sin nunca poder despertar.
Loco porque habría que estar loco
para quererte y dejarte marchar.
Loco porque las cuerdas solo sirven para atar,
y yo siempre preferí tener libertad para errar...

viernes, 20 de febrero de 2015

Lágrimas

Mojado sendero muestra por donde 
el fruto de tu camino avanza,
mojado sendero recuerda dónde
tu herida mente ya no alcanza.

Agua vertida por las penas tuyas
mas no para intentar ahogarlas,
sino para recordarte las suyas
nunca tu corazón podrá abrazarlas.

lunes, 16 de febrero de 2015

Despertar

Al final, de repente, cesaste de andar. Sin embargo, con ello, lo único que esperabas era por fin empezar a avanzar. Creíste que lo habías logrado, que ese sería el mejor momento del viaje, que por fin habías pasado de fase. Creíste que lo más difícil estaba hecho, que por fin habías sido capaz de pararte, mirarla sin dejarte cegar y alargar tu brazo hasta poderla rozar. Y lo peor de todo, creíste que ella se dejaría alcanzar. Pobre ingenuo mortal, tú nunca la serás capaz de alcanzar. Estúpido tonto charlatán, a ti nunca ella se volverá a mostrar. Años de viaje sin rumbo. Años de soledad sin esperanza. Años de espera sin final. Años de sueño sin dormir. Años de vida sin latir. Años de muerte sin descansar. Años de luto sin nada por lo que llorar. Y eso es lo que más te podrá atormentar: nunca hubo ni habrá nada que lamentar, nada que añorar, nada por lo que luchar...

Solo en tu mente, solo en tu imaginación. Una vida imaginaria entera en ellas se hallaba. Simples sombras de pensamientos creadas y destruidas por la misma luz mas no solo eso se había llevado por delante, tu imprudencia te había costado bastante más que eso. Todo lo invertido en este negocio en bancarrota será ya imposible de recuperar. Todo porque un día, hace tiempo ya, por una fatídica flecha te dejaste atravesar y desde entonces de un sueño no pudiste escapar hasta que ahora, el dolor, te ha conseguido despertar. Y es que, aunque siempre has dicho que prefieres la dolorosa, la mentira siempre es más dulce que la triste verdad...