jueves, 2 de agosto de 2018

Y por fin, tras volver al lugar del que nunca debiste salir y, gracias a lo que haya en el cielo o en el infierno saliste; te encuentras con más de lo que dejaste: realidad. Pura y dura realidad. El mundo es así, es de verdad. No sirve de nada perder horas pensando como debería ser el reflejo que te devuelve el mundo dependiendo de lo que le proyectas si luego, en un instante, se rompe en pedazos cortando tu alma dejando ver lo único que puede mostrar: realidad.

El mundo es el que es. Es así, son las reglas del juego, de su juego, el que todo estamos obligados a jugar. Y no podemos evitarlo, podemos luchar, podemos decir que no es justo podemos teñir el espejo o curvarlo para cambiar lo que se nos muestra pero al final, cuando se rompa, siempre quedará lo mismo. Realidad.

Y lo sabes, cuando estés andando oirás una mirada o verás un gruñido que inequívocamente que estás equivocado, que toda tu construcción es solo una basura útil para huir, pero completamente inservible para vivir. La realidad siempre te alcanza. Y cuando más tardes en aceptarla peor va a ser para ti.

jueves, 1 de febrero de 2018

Camino

Por fin puedes sacar la tinta amarilla del saco de cosas que compraste hace tanto tiempo que ni lo recuerdas cuando decidiste hacer un kit de cosas para ser feliz. Aunque en realidad no era propiamente para ser feliz, si no para cuando fueras feliz. Y parece que por fin te toca estrenar algo de ahí. Podrías haberlo hecho antes, pero no eres así, tenías que guardarlo para un punto de inflexión en tu vida. Y ojalá aciertes.


Y al final quizá te equivocaste al andar sin rumbo todo este tiempo, quizá no hacía falta desgastar tanto las suelas hasta el punto de que puedes sentir cada rugosidad del asfalto en la planta del pie, quizá solo hacía falta dejarse llevar y disfrutar del camino. Pero eso lo sabes ahora, y lo puedes hacer ahora. Y solo espero que no te bajes de la carroza en la que acabas de subir, porque al igual que los trenes, es probable que solo pase una vez en la vida.