sábado, 21 de marzo de 2020

Cadenas

Cuerpo atrapado, mente presa, corazón enquistado.

Ni sabes ya qué es la luz o la oscuridad. Ni quieres saberlo. Llevas tanto en el mismo sitio sin moverte que ya no sientes tus alas, aunque algunos te dicen que aún existen. ¿Pero de qué sirven si no te permites volar? Y más aún, si aunque lo hicieras, nada te esperara allá arriba.

Quizá, solo quizá, debas cerrar los ojos, callar la mente, abrir el corazón y batir las alas. Y ya acabes como Ícaro que al menos no vivirás como Prometeo.