No es turno.
Aún no.
Una veces no te toca y otras no le toca a nadie.
La ruleta sigue girando pero nunca se para en tu casilla.
Alguna vez te cae el premio de consolación y hasta puedes llevarte el juego del programa a casa.
Pero nada más.
Tampoco debería extrañarte, tu casilla ni se ve.
Tus opciones no son ni una fracción de las de los demás.
Pero tampoco son 0.
Y algún día la ruleta se equivocará
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