domingo, 21 de mayo de 2023

Alturas

¿Recuerdas cuando íbamos al circo y veías aquellos zancudos tan altos, tan imponentes allá en lo alto y de los que solo podías pensar que cómo eran capaces de andar tan seguros confiando solo en dos trozos de madera?

Pues al final resultó que con los años fuiste elevándote tú también sobre dos pilares. No tenías tanta gracia como aquellos circenses, por supuesto, pero desde luego no sentías vértigo ni miedo sobre ellos. Te sentías en casa en las alturas por mucho que nunca te hubieran gustado.

Hasta que se rompieron.

Al final, como todo en el espectáculo, lo que parecía ser madera firme resulto ser cartón mojado y no pudo sostener tu peso por demasiado tiempo. Y caíste. Y sentiste todo el miedo de golpe. Y lloraste. Y creíste que la caída sería demasiado fuerte para sobrevivir a ella.

Pero no fue así. Dolió, eso por supuesto. Pero en realidad no caíste sobre el suelo. Allí debajo estaba esperándote -siempre lo había estado- un lecho de hojas frescas y mullidas para amortiguar tu caída y acompañarte en tu recuperación.

Y a ratos echarás de menos las alturas, a ratos desearías no haber levantado nunca los pies del suelo. Pero lo que es seguro es que a partir de ahora era tu nuevo hogar.

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